Este periodista español se enamoró tanto de Colombia que acabó escribiendo un libro sobre el país y la biografía de uno de nuestros íconos nacionales: Radamel Falcao García.
Varios años después de establecerse definitivamente en Colombia, el periodista español Javier León Herrera se colgó un morral al hombro y se fue a recorrer el país de la Guajira al Amazonas. De esa travesía, que duró casi seis meses, salió “Colombia, tesoro natural”, publicado a finales del 2012. El libro es un recorrido por los parajes más bellos de un país que, desde que Herrera conoció en el 2000, no deja de sorprenderlo. “Lo mejor de Colombia es la enorme diversidad que tiene –asegura–. Aquí hay de todo para todos los gustos”.
Su amor por esta tierra es evidente. “La madre naturaleza ha sido más que generosa con estas latitudes a las que ilumina un sol intenso. Un país de selva amazónica, de llanos infinitos con puestas de sol interminables, con sierras, páramos, nevados, sol, arena y mar, tierras fértiles de eterna primavera, flora y fauna…”, escribe en la presentación de un libro con el que tuvo la oportunidad de conocer de cerca las diferentes culturas que conforman el país.
“En cualquier caso –afirma con una sonrisa– a mí lo que me tiene matado es el eje cafetero. Cuando fui por primera vez comprobé que es cierta esa canción de Nino Bravo que dice: < < cuando Dios hizo el edén, pensó en América> > ”. Pero también lo deslumbraron los llanos orientales y la selva, y sobre todo la alegría de la gente. Si algo vio Moreno en sus viajes fue que los colombianos saben cómo gozarse la vida, y que eso del país más feliz del mundo no es gratuito. “En cualquier parte, incluso en el lugar más humilde, la gente sabe cómo disfrutar”, dice.
Por ahora su futuro está en Colombia. No sólo lo ata su esposa –que conoció en Miami, pero es de aquí– , sino también su trabajo como periodista (a finales del año pasado publicó con Grijalbo una biografía de Falcao titulada "El tigre de Dios"). Trece años en esta tierra, conociéndola, disfrutándola, viviéndola, le dan la autoridad suficiente para decir, convencido, que “aquí la vida es más bella”.