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Conoce la historia de Rogelio Mejía, el líder indígena arhuaco que promueve la economía de la Sierra Nevada.
En 2015, Rogelio Mejía, le dio vida a un proyecto que reconoce y expande la labor productiva indígena. Rogelio, quien ha sido el cabildo gobernador de los pueblos indígenas arhuacos durante los últimos diecisiete años en los departamentos del Magdalena y la Guajira, ubicados en la región Caribe colombiana, ha logrado que la exportación de productos orgánicos y mochilas arhuacas a Europa hoy sea una realidad. Después de haber convocado una asamblea para socializar su idea y recibir el apoyo de este grupo indígena de Colombia, inició la historia de Asoarhuaco, la primera asociación de indígenas arhuacos ubicados en este territorio de la Sierra Nevada. Su propósito: fortalecer la economía de las familias productoras de la comunidad arhuaca, llevando sus productos a mercados internacionales sin intermediarios.
Aunque el proceso de exportación de un producto elaborado por una comunidad indígena en Colombia puede tardar hasta seis años, debido a la exigencia en el cumplimiento de la adecuación del mismo, así como de las normas de internacionalización y fitosanitarias (en el caso de alimentos) −gracias a la dedicación de los indígenas y el acompañamiento de ProColombia− Los Arhuacos han logrado exportar productos a Europa como por ejemplo café a Italia y también cacao, panela pulverizada y mochilas arhuacas a Alemania, sin la ayuda de intermediarios, convirtiéndose en una vía para el crecimiento sostenible de su comunidad.
Actualmente Asoarhuaco está produciendo 30 contenedores de café y 30 toneladas de cacao blanco para exportación.
Productos, que como Rogelio describe, son naturales y sagrados. Una afirmación que se sustenta por sí sola no solamente porque gran parte de la producción cuenta con la certificación orgánica, sino por la cosmovisión de los arhuacos. Los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta respetan los códigos de la naturaleza, velando y protegiendo el equilibrio de la misma. Por esta razón, creen en el pagamento, un rito primordial de su cultura que consiste en pedirle permiso a sus dioses (la montaña y la misma naturaleza), para producir en el territorio.
El café representa la semilla de la fecundación, el cacao personifica al padre de los árboles y la mochila arhuaca simboliza el principio de la vida, por esta razón la tejen únicamente las mujeres.
Con una sonrisa tímida, Rogelio expresa su satisfacción por estos logros, sin embargo, anhela que Asoarhuaco llegue aún más lejos. Para él, más allá de la comercialización, que es fundamental para beneficiar la economía de su comunidad y apoyar la educación de los niños de la comunidad, lo más importante es la preservación de la cultura de los grupos indígenas de Colombia.
Además de los productos ha pensado en la exportación de turismo cultural en la Sierra Nevada. Según lo explica, Rogelio busca promover
un turismo que no le haga daño a la naturaleza, a la cultura, que nosotros podamos transmitir nuestra riqueza, nuestra cosmovisión al mundo entero
De ahí, que esta iniciativa esté inspirada en una misión que aprendió desde la escuela: proteger el espacio que tiene vida, el espacio que ocupa la naturaleza, precisamente la Línea Negra (la delimitación de su territorio ancestral) en la Sierra Nevada de Santa Marta.
“La Sierra es un ícono cultural para el mundo y nosotros los colombianos debemos sentirnos orgullosos de ella. Es un micromundo que tiene nieve, que está alimentado por 36 ríos de tres departamentos, la diversidad de flora y fauna aquí es única en el mundo y las culturas indígenas que la habitan son sabiduría ancestral”.
Rogelio continuará velando y protegiendo el equilibrio de la Sierra, trabajando fuertemente por la construcción de una economía indígena autosostenible y por ver declarada la Sierra Nevada de Santa Marta como Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad. Rogelio es un ejemplo de #LoMejorDeColombia. También te podría interesar: