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Descubre Guatapé, un pintoresco pueblo ubicado a orillas de un gran embalse en donde los increíbles colores del paisaje se fusionan con los tonos de las casas.
Guatapé, coloquialmente conocido como “el pueblo de los zócalos”, es uno de esos lugares que combina lo mejor del encanto de la naturaleza con una arquitectura de estilo colonial invaluable. Gracias a la Piedra del Peñol, un inmenso monolito de piedra de alrededor de 220 metros de altura situado a tan sólo un par de minutos del malecón del pueblo, este es uno de esos destinos imperdibles para todos aquellos que quieran disfrutar de un paisaje de ensueño y, por qué no, una aventura de altura. Y es que, ¿quién diría que a tan sólo 79 kilómetros de Medellín podemos gozar de una vista como ninguna a más de doscientos metros de altura? ¡Difícil encontrar algo así! Pero bueno, aquí, como suele ser el caso, gozamos de sitios increíbles. ¡No por nada este lugar es considerado una de las maravillas naturales de Colombia!
Foto cortesía de Shutterstock
Esta joya de los Andes Occidentales Colombianos cuenta tantas historias como zócalos hay en sus casas porque desde comienzos del siglo XX sus habitantes decidieron llenar de color las calles y retratar algunas de las maravillas naturales del lugar —sobre todo girasoles y animales nativos— además de las costumbres y algunas actividades que muestran la vida cotidiana de los habitantes del lugar. Todo esto se deja ver en los zócalos, en la parte inferior de las fachadas de cada una de las casas de este bellísimo lugar. Porque aquí los colores de las montañas que acompañan el paisaje, junto a las calles empedradas y el azul del cielo, generan un contraste que pone a soñar a todos aquellos que, en busca de paz o de gozar de una aventura, llegan aquí.
Foto cortesía de Shutterstock
Aquí cada construcción, cada pintura y fachada, rememora la colonización antioqueña y los logros de todos aquellos que, a comienzos de siglo, trabajaron la tierra e hicieron del lugar el paraíso de vida que es. El orgullo y la pujanza antioqueña hacen gala de su esplendor aquí, en medio de calles repletas de color y caminos de piedra, para que todos aquellos que visiten el lugar conozcan un poco de la cultura de nuestros Andes Occidentales Colombianos mientras toman una taza del mejor café suave del mundo, andan en bicicleta, o se deleitan con las artesanías de cuero y las prendas tradicionales de esta región.
Foto cortesía de Shutterstock
Además de sus zócalos, Guatapé es reconocida por sus paisajes y diversos atractivos naturales. De hecho, este jardín de colores tiene una maravillosa oferta de actividades al aire libre pues, desde su malecón hasta el embalse Peñol-Guatapé se gozan de buenos vientos y una hermosísima vista a esta fuente de agua ideal para el paddling, el parapente, los paseos en barco o lancha, los deportes náuticos y el “cable vuelo”, entre otras actividades para conectarse con la naturaleza y entregarse a gozar de la actividad física. Por ello, entre los habitantes del lugar se dice que Guatapé es “el pueblito entre montañas que goza de un pequeño mar”. Y bueno, nosotros no podríamos estar más de acuerdo.
Foto cortesía de gente.com.co.
Junto a su malecón, punto de encuentro y uno de los lugares predilectos para gozar de la gastronomía paisa, hay tres sitios que resultan fascinantes: el primero es la calle del recuerdo, lugar que rememora la arquitectura tradicional del viejo Guatapé previo a la inundación de algunas de sus calles a comienzos de 1970 debido a la construcción del complejo hidroeléctrico que rodea el lugar. El segundo sin lugar a dudas es la Piedra del Peñol, una imponente piedra desde la que se puede admirar la hermosa represa de Guatapé, antiguo territorio de los tahamíes, uno de los pueblos ancestrales de nuestro país. De hecho, el nombre de Guatapé viene de un cacique indígena que gobernó el lugar tiempo atrás. El tercero es uno de esos lugares para reencontrarte con la espiritualidad. Hablamos del Monasterio Benedictino de Santa María de la Epifanía, una bella construcción vecina a una reserva forestal desde la que se pueden admirar todo tipo de aves, flores y demás fauna nativa de la región. Los monjes benedictinos, conscientes de la importancia de proteger el bosque natural, han contribuido a conservar el ecosistema plantando árboles endémicos y promoviendo el cuidado de la fauna del lugar.
Foto cortesía de monjesbenedictinosguatape.com.
Así que ya sabes, en Guatapé podrás vivir desde la calma del embalse hasta reencontrarte con la naturaleza y gozar de una gran cantidad de deportes y actividades al aire libre. Porque acá, en el “pueblito de montañas con vista al mar”, la vida se goza más, queremos que vivas una aventura como ninguna mientras disfrutas de la calma del paisaje cafetero y la increíble riqueza cultural de nuestros Andes Occidentales Colombianos. O, mejor dicho, como dijera un amigo paisa, ¡Ave María, si descansar y pasarla bueno ameritas, Guatapé es lo que necesitas!
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