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Esta es la historia de cómo a través de un proyecto emprendedor se está cambiando una región en la costa colombiana y sus habitantes han empezado a soñar en un mejor futuro
Cuenta la leyenda que, en la época de la colonización española, iba pasando un extranjero por la zona de Necoclí con hambre y sed, por lo que paró a pedir algo de tomar, a lo que un indígena le contestó: “Ni ‘coclí’, es decir, que no había ni coclí, una bebida típica de la zona y de allí nace este nombre.
La perla del Caribe, como se le conoce a Necoclí, fue fundada en 1509 en la sub región de Urabá, Antioquia, bordeando al norte con el mar Caribe y al Este con una ciudad llamada Arboletes.
Hace unos años, CasaLuker creó un ambicioso proyecto llamado – Inversiones Necoclí, un Proyecto Cacao Fino de Aroma- en el que se instauró un sistema de sostenibilidad a través de la producción de cacao generando visibilidad para la comunidad y así una mejor calidad de vida en cuanto al aumento de empleos, creación de vías, entre otros. Esta iniciativa ha permitido que las familias en Necoclí estén pasando por un cambio positivo en sus vidas.
Esta historia nace en una finca llamada el “El Rosario”, donde 550 hectáreas fueron sembradas bajo un completo sistema agroforestal que tiene plantaciones de melina, plátano, y, nuestro producto principal, el cacao. El sistema consta de estos tres cultivos, en el que siempre hay una plantación principal produciendo, apoyada por las otras dos. En el caso de Necoclí, el plátano es un ingreso a corto plazo pues está produciendo después de 9 meses de haber sido sembrado. El cacao será un ingreso a mediano plazo comenzando su etapa de alta producción a los 3 años y los maderables traerán ingresos a largo plazo pues la primera entresaca se lleva a cabo después de 3 años de haber sido sembrados y durante 7 años más. Adicionalmente, se establece en un sistema de soporte, donde cada cultivo recibe beneficios de la sombra, los fertilizantes, la conservación del suelo, y hasta las aves del lugar.
Este cacao producirá durante 20 años, que generará 20 años de desarrollo para la comunidad, ya que el sistema agroforestal está diseñado de tal forma que siempre haya producción. Hace tres años, la finca solía ser ganadera y sólo contaba con seis empleados. Hoy, en el 2014, cuenta con un promedio de 150 empleados permanentes, y, a finales del año, cuando la temporada de la cosecha inicie, se tendrán al menos 330 trabajadores.
El crecimiento en la vereda “Buenos Aires” se ha visto reflejado en los cambios sociales y económicos de todo el entorno. En el tema de educación, apoyamos a tres escuelas que cuentan con 150 alumnos entre los 6 y 16 años, impactando así a miles de familias. Por ejemplo, la Escuela Buenos Aires, tenía como baño una letrina, ahora, gracias al proyecto, cuentan con un baño nuevo y moderno para los niños.
También, se están creando oportunidades en distintos ámbitos laborales. El caso de Marlon, un joven cuya vida dio un giro de 180° grados al empezar a trabajar en la finca: “El lunes yo ya me iba para la guerra a trabajar con los grupos armados, pero me llamaron de esta finca ese fin de semana y me quedé. La vida mía hubiera sido bastante oscura, uno allá no tiene salida,” afirma Marlon.
Ahora, Marlon es el encargado de medir toda esta finca con un GPS, y antes ni sabía manejar un computador. Afirma que ha comprobado que “cuando uno se propone algo lo puede lograr y que no hay que mirar sólo al presente, sino al mañana”.
Por otro lado, la infraestructura del pueblo también ha tenido una mejora con la llegada del proyecto, ya que antes no había carreteras. Ahora, se construyeron varías rutas para llegar a la finca y sus alrededores. Víctor, un empleado en la finca “El Rosario”, es otro caso de superación personal. Víctor vive en un área remota a Necoclí, y, antes del proyecto, le tomaba mucho tiempo movilizarse. Pero ahora, gracias a las nuevas vías, puede movilizarse fácilmente con su motocicleta para llegar a la finca, y para ir a la escuela los fines de semana con su hija adolescente, donde ambos estudian para terminar su primaria. .
“Hasta yo volví a estudiar porque esto es un proyecto tan grande que abre nuevos caminos, y estos benefician a nuestra comunidad. Ahora vemos la vida diferente, porque la incertidumbre no deja que la gente se programe,” declara Víctor.
Para continuar con esta labor, CasaLuker, promueve la implementación de cultivos vegetales cerca a cada hogar para así crear un programa nutricional de auto sostenibilidad. Las mujeres de Necoclí no tenían trabajo o fuentes de ingresos. Ahora, están a cargo del programa de viveros, para el cual fueron escogidas por lo detallistas y responsables que han demostrado ser, ya que esta labor requiere de mucha atención y cariño. Pronto, estas mujeres estarán encargadas del proceso de injertación de las plantas, convirtiéndolas en figuras aún más importantes para el círculo familiar.
En la actualidad, Necoclí es un ejemplo de cambio y restauración. Ahora, las familias están teniendo cada vez más oportunidades que los acercan a reducir la pobreza, la violencia y el atraso social. Para las futuras generaciones hay un mejor futuro delante, donde hasta la cultura cambió ya que, cuando se hable de violencia, ahora será en tiempo pasado.
No sólo se está brindando esperanza a un pueblo que hace algunos años no creía en su potencial, también se está produciendo el mejor Cacao Fino de Aroma, para así ofrecerle a los distribuidores y clientes de CasaLuker una excelente materia prima con un 100% de trazabilidad. Hoy, Necoclí se levanta cada día viendo cómo se construye un mejor futuro.
Conozca más acerca del proyecto: https://www.youtube.com/watch?v=biYl7vEWMkw
Para más información:
www.lukeringredients.com
lukercacao@casaluker.com.co marensburg@casaluker.com.co sgarcia@casaluker.com.co