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La cultura colombiana tiene algo que cautiva. Porque aquí, en el país más acogedor del mundo, las personas te demuestran el significado de la calidez humana. Tanto así, que te conviertes en un colombiano por adopción.
Una estadounidense, un australiano y un alemán, tres nacionalidades, tres profesiones distintas, el mismo sentimiento compartido: un gran amor por Colombia. Aunque ellos no se conocen entre sí, pareciera que se hubieran puesto de acuerdo en la manera cómo describen el país al que le profesan su cariño, incluso, que hubieran vivido exactamente la misma experiencia al viajar por Colombia. Esta es la historia de Kally Higgins, Eddie White y Dominic Wolf, quienes comprobaron por experiencia propia que Colombia es el país más acogedor del mundo.
Su acento colombiano es sorprendente y al mismo tiempo, innegable. Aún mejor es la manera cómo se expresa en español, utilizando palabras colombianas que domina a la perfección. Ella es Kally, curiosamente su nombre se pronuncia igual a una de las ciudades de Colombia, Cali, la capital de la salsa, un detalle que para ella es tan especial, que en sus redes sociales se presenta como: “Kally es Kally, lo demás es broma”, haciendo alusión a una parte de la canción colombiana Cali Pachanguero, que dice: “Cali es Cali, lo demás es loma”. Es estudiante de fonoaudiología y sueña con ayudar a otras personas a través de una terapia del lenguaje que espera patentar algún día, en donde el español colombiano será protagonista. Una de sus profesoras es colombiana, y fue gracias a ella que Kally quiso aprender más sobre un país realmente acogedor del que se declara perdidamente enamorada. Su curiosidad la trajo hasta Bogotá, bueno, en realidad, la hizo tomar una decisión de “última hora”, pues aplicó a una beca dos semanas antes de que cerraran la convocatoria para hacer un intercambio estudiantil en Colombia, experiencia que en poco tiempo describiría como “un capítulo de un cuento que aún no ha terminado”, pues espera regresar a Colombia, incluso, jubilarse aquí.
Con un “Quiubo veci” en cada esquina (saludo típico colombiano y abreviación de ‘qué hubo’ y la palabra vecino), esta influencer aprendió que en Colombia la calidez humana se siente también entre desconocidos. También, que la cultura colombiana es sinónimo de buena energía, que con tan solo pronunciar la palabra Colombia, se le viene a la mente un caleidoscopio de colores que le transmite una alegría inexplicable, esa, que confiesa, siente cada vez que habla con sus amigos colombianos o que con tan solo ponerse una ruana (abrigo en lana elaborado en Boyacá, Colombia) que le regalaron, siente esa calidez humana innata de la gente colombiana.
Al ver su feed en Instagram es evidente que Eddie está enamorado de la cultura colombiana. Cada ilustración es un fiel retrato, en algunos casos de la comida colombiana, en otros, de las palabras colombianas, y en los demás posts, de lo que significa viajar por Colombia. Eddie es australiano, ilustrador y trabaja para un estudio de animación desde cualquier lugar del mundo, él escogió Colombia como su hogar desde hace más de un año, gracias a que uno de sus mejores amigos, el director de cine colombiano Andrés Barrientos, a quien conoció en Australia, lo invitó a conocer Colombia. Ha vivido en la capital de Colombia, pero también, en uno de los municipios más lindos del país, Zipaquirá, en donde se encuentra la reconocida Catedral de Sal, considerada Patrimonio Histórico y Cultural del país. Una casualidad que agradece, pues estando allí, descubrió y plasmó aquellos elementos de la cultura colombiana que sus ojos jamás olvidarán.
Este país le ofrece más de lo que él esperaba, porque aquí en Colombia, asegura, aprendió a apreciar los pequeños detalles que nacen de la calidez humana. La amabilidad, el saludo cálido y enérgico de los colombianos, su amistad, y ni qué decir de la comida colombiana, pues muchos platos se disputan entre sus favoritos. Se declara amante de Colombia, de sus colores, de su sensualidad, de sus bailes, su música, sus mujeres, pero, sobre todo, de una característica que existe en todas las ciudades de Colombia, la alegría de los colombianos y la manera de empatizar siempre con los demás.
Desde 2015 Dominic no ha podido “despegarse” de Colombia. Llegó por primera vez como estudiante para hacer la doble titulación en Administración de Empresas en una universidad de Bucaramanga, Colombia. Dos semestres de estudio que se convirtieron en una decisión de vida. Confiesa que, desde el primer día, la cultura colombiana lo envolvió. Empezando por su gente que siempre lo ha hecho sentir como en casa, tanto así que se considera un local más, pues se ha apropiado de muchas costumbres colombianas, entre esas, la alegría y la calidez humana que hay en el país. Su acento lo delata, pareciera que fuera un santandereano más. Viajar por Colombia ha sido su pasión, de hecho, creó una agencia de tours por Santander, Colombia para presentarle a turistas extranjeros lo acogedor que resultan ser los destinos turísticos en el país.
Este país es un paraíso para este influencer que declara haber recorrido, hasta el momento, la mayoría de las ciudades de Colombia. Una, dos y hasta tres veces repite que desde que está aquí, se levanta con una sonrisa todas las mañanas. Vaya a donde vaya, lleva una bandera de Colombia, así como una colección de hasta siete camisetas de la Selección Colombiana de Fútbol, pues según dice, le debe mucho a Colombia y quiere ser un representante de los valores y la felicidad que le dado Colombia, un lugar en donde espera jubilarse y quedarse a vivir por siempre. Visita el país más acogedor del mundo y disfruta de una cultura que promete hacerte sentir como en casa. Descubre #LoMejorDeColombia También te podría interesar: Influencers colombianos y extranjeros que representan #LoMejorDeColombia ¿Cómo cambia el acento en las diferentes ciudades de Colombia? Cinco fritos tradicionales de la comida típica colombiana