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Descubre las calles de Colombia: historia y belleza en cada paso
Descubre cinco calles colombianas llenas de historia, color y encanto. Perfectas para admirar, fotografiar y disfrutar en cada paso por el país de la belleza.
Caminar por las calles de Colombia es recorrer fachadas coloridas y balcones llenos de vida. Algunas conservan el legado colonial intacto, mientras que otras vibran con arte urbano. Desde los hermosos paisajes de Barichara hasta el colorido encanto de Guatapé, estos caminos nos hablan de historia, identidad y belleza. En este recorrido te invitamos a descubrir esos lugares donde el pasado y el presente se cruzan a cada paso.
Calle Real – Barichara
Las calles de Barichara son un verdadero viaje al pasado y un paraíso para los amantes de la fotografía. Entre las más conocidas se encuentra la Calle Real, una de las más emblemáticas de la ciudad y un reflejo vivo de la esencia y arquitectura colonial del pueblo. Sus empedrados perfectamente alineados, fachadas blancas con detalles de color, puertas de madera tallada y balcones llenos de flores, transportan a otra época. Caminar por esta calle es como recorrer una postal detenida en el tiempo y capturar fotos inolvidables en cada esquina. Está ubicada en el corazón del centro histórico de Barichara, conectando la plaza principal con otros rincones icónicos del municipio. Sin duda, es un paso obligado para quienes desean empaparse de la magia de este rincón de Colombia.
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Carrera 4 – Cartagena
Ubicada en el corazón del casco antiguo de la ciudad amurallada, la Carrera 4 de Cartagena es un paseo emblemático que refleja la esencia del país de la belleza. Esta carrera es una de las más importantes del Centro Histórico y es testigo de la riqueza cultural de la ciudad, consolidándose como un atractivo imperdible para los visitantes, gracias a su arquitectura colonial y legado histórico. Entre esculturas de hierro, palmeras, coloridos balcones, belleza arquitectónica y elegantes arcos, la Carrera 4 cautiva a quienes la recorren. De hecho, en mayo de 2024, fue reconocida por la prestigiosa revista Condé Nast Traveler como una de las más hermosas del mundo. Este reconocimiento reafirma su belleza y autenticidad, siendo patrimonio histórico y cultural de la ciudad.
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Callejón del Embudo, La Candelaria – Bogotá
En el centro histórico de Bogotá se encuentra un pequeño y colorido callejón, cuyas fachadas se han convertido en un museo al aire libre. El Callejón del Embudo – llamado así por su forma cónica – conduce a la vibrante Plazoleta del Chorro de Quevedo. Y es que este estrecho pasaje se ha convertido en un lienzo para algunas obras de arte callejero de Bogotá. Entre las más destacadas se encuentran imágenes de tucanes y figuras indígenas. La mayoría son efímeras, sin embargo, algunas perduran como una pintura a gran escala en el extremo norte del callejón. Más allá de su ambiente artístico, este lugar está repleto de acogedores cafés y restaurantes. Al pasar por allí no te puedes perder la típica chicha, una bebida fermentada con profundas raíces de las culturas indígenas andinas.
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Calle Real – Salento, Quindío
Ubicada en el corazón del encantador pueblo de Salento, Quindío; la Calle Real además de ser una vía principal, es un corredor cultural que refleja la esencia del Eje Cafetero Colombiano. Esta calle empedrada, llena de casas antiguas coloridas con balcones de madera decorados con flores, es un referente del patrimonio arquitectónico y uno de los lugares favoritos para fotografiar en el país. Al recorrerla, se descubre una mezcla entre tradición y modernidad: tiendas de artesanías, cafés impregnados del aroma de café recién molido, galerías de arte local y restaurantes que ofrecen lo mejor de la gastronomía típica. Además, es el punto de partida hacia el mirador del Alto de la Cruz, desde donde se obtiene una espectacular vista del Valle del Cocora.
Calle de los Paraguas – Guatapé
También conocida como la Calle de las Sombrillas, este lugar se ha convertido en un rincón mágico que combina arte, tradición y creatividad. Esta encantadora calle peatonal, estrecha y empedrada, deslumbra a los visitantes con decenas de sombrillas de colores suspendidas en el aire, creando un techo que baila con la brisa. A lo largo del recorrido, se pueden apreciar fachadas adornadas con los tradicionales zócalos de Guatapé —relieves pintados que cuentan historias locales—, además de acogedores cafés, tiendas de artesanías, colores coloniales y pequeños rincones llenos de historia. Todo en este lugar invita a detenerse, observar y dejarse envolver por el ambiente alegre y pintoresco que caracteriza a Guatapé.
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