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Explora la vibrante escena musical y conoce como grandes conciertos y eventos musicales en colombia se han realizado, dónde el país ha destacado como anfitrión.
De un tiempo para acá, Colombia se ha convertido en uno de los principales destinos para todos aquellos que quieren gozarse un concierto como ninguno, una fiesta de esas que pasan a la historia por su espectacularidad y buen repertorio. Este éxito, más que ser efímero, ha sido labrado por diversos empresarios que, conscientes de la diversidad de géneros musicales que disfrutamos acá, apostaron con toda para traer a los artistas más reputados del mundo a nuestro país. Por esto y más, queremos contarte sobre el auge e impacto de esta industria en nuestro país; al tiempo que rememoramos algunos de los mejores momentos que han transcurrido en los escenarios colombianos en el último tiempo. ¡Los focos y amplificadores ya están prendidos en la tarima!
Si antes del 2020 el crecimiento de la industria del entretenimiento y los eventos masivos parecía no tener techo, el 2022 nos dejó claro que cada día más personas se unen al furor de la música en vivo. Y es que ya no basta con sólo un artista o un par al año; pues Colombia se ha convertido en una de esas vitrinas donde los focos alumbran directo a los artífices de los mejores ritmos del momento. Sin importar género, propuesta o popularidad, la música suena en todo lado; para todos y por igual. Y, valga la aclaración, no lo hace en un solo lugar: Bogotá, Medellín, Cali y Cartagena son tan sólo algunas de las ciudades y municipios que se han deleitado con eventos de este tipo con tremenda asiduidad. No más el año pasado artistas de la talla de Harry Styles, Dua Lipa, Miley Cirus, Coldplay, Artic Monkeys, Guns N’ Roses, Kiss, The Strokes, Bad Bunny, Rosalía, Wisin y Yandel, Ricky Martin, Juan Luis Guerra, Fat Boy Slim, Pixies, Gorillaz, Ska-P, Judas Priest, Pantera, Epica y muchísimos más dieron de qué hablar en las tarimas colombianas. Fuesen como solistas o como integrantes del cartel de alguno de los tantos festivales que arriesgaron todo por alegrarle varios días a sus asistentes, el país supo de algunas de las mejores agrupaciones y solistas del planeta. Si de bailar o “perrear” se trataba, los eventos cundieron. Mientras tanto, para los fans del sonido más crudo y distorsionado, la fiesta se hizo bajo los riffs de algunas de las bandas más legendarias de la historia del rock y sus subgéneros. Para los aficionados al pop y otros géneros populares de este lado del continente, la historia se construyó al son de guitarras melodiosas y voces que, tras ver la inmensa acogida del público, prometieron regresar en el futuro. Al respecto, la prensa especializada ha reconocido el esfuerzo y el compromiso con que ambas partes —asistentes y empresarios— han asumido el amor por la música. Y es que las cifras lo dicen todo: “entre 2017 y 2018 se evidenció un alza de 32%, de 2018 a 2019 un 34%” para, en el 2022, despuntar con un 37%. En la actualidad, esta industria es la tercera que más ha contribuido a la economía del país. La fiesta, como puede verse, la gozan todos por igual. Aparte de la llegada de múltiples intérpretes de todas partes del mundo a nuestro país, otro capítulo igualmente glorioso se escribe entre acordes, melodías y percusiones que nos resultan más cercanas. Nuestras estrellas musicales nacionales se han alineado para que exista una infraestructura amplificada como ninguna; o que lo digan bandas como Morat o músicos como J Balvin, Karol G y Andrés Cepeda, que han gozado de un lleno constante en cada una de sus presentaciones. Sin importar el precio y sin “medir distancias”, como dijese Diomedes Díaz, Colombia se ha convertido en un baluarte del sonido a nivel mundial. La industria nacional, en la opinión de Julio Correal —una voz obligada en cuanto a esta industria se refiere— ha depurado sus prácticas y alcanzado un grado de perfección que no tiene nada que envidiarle a la de cualquier otro lugar. Los impedimentos hacen parte de otra época, de un momento de transición y aprendizaje. Hoy, expone Correal: “la experiencia en Colombia ha mejorado muchísimo en logística, en producción y lugares para atender conciertos; hoy tenemos un Movistar Arena que ha conquistado mucha gente porque el desorden, los baños desastre, la comida fría, generaba desincentivos y ahora hay experiencia fabulosa en este recinto y cambia la forma de pensar”. Esto, aunado a la increíble oferta turística que ofrece el país, hacen que una vez se apaguen los reflectores existan mil y un actividades y lugares por conocer.
Desde hace un par de décadas Colombia dejó de soñar con traer artistas para cumplir el sueño de los más nostálgicos a, más bien, propiciar experiencias inigualables para todos sus asistentes. De ahí que, aunado a los esfuerzos en infraestructura, cada vez más se piense en los eventos musicales como lugares de diálogo, una oportunidad para reafirmar el compromiso social de las empresas y los que gozan de la fiesta. Si en un inicio fueron los artistas los que diesen de qué hablar, ya fuese por su puesta en escena o por alguna de las letras de sus canciones, ahora nadie pierde su oportunidad para hacerlo. Un ejemplo de ello ocurrió en el Cordillera, festival que reunió algunas de las bandas más queridas para los melómanos latinoamericanos. Allí, en medio de los ritmos que despuntaron en tarima, hubo tiempo para aprender y apoyar algunas iniciativas sobre el cuidado de las cordilleras y demás ecosistemas aledaños. En una línea similar, el Estéreo Picnic demostró que era necesario trabajar en espacios seguros y el respeto a la diversidad a través de sus “Baños para todes”. Este interés lo sintetiza muy bien María Fernanda Sánchez, gerente de marketing y ESG del Grupo Aval, uno de los principales auspiciantes del renacer musical del que goza nuestro país: “queremos aprovechar esta plataforma y el poder de convocatoria que tiene la música para llevar un mensaje contundente a través de acciones que tengan un propósito social, medioambiental y/o cultural”. Esto habla de la madurez con la que cuenta nuestro país a la hora de afrontar este tipo de eventos, pues ya no basta con generar un escenario para que el artista despunte y arrastre tras de sí la voz cantante, en soledad; ahora se trata de propiciar eventos culturales que fomenten una participación activa y no tan sólo una escucha pasiva. La gente y los empresarios, además de los artistas, se han apropiado de los escenarios: todos cantan al unísono y sus voces tejen el entramado de experiencias memorables que, a futuro, otros más jóvenes recordarán con fervor.
Acá la explosión de ritmos no para y, por eso, se viene una oleada increíble de bandas que bien vale la pena no perderse. De la mano del Monsters of Rock, Colombia se prepara para recibir a viejas glorias del hard rock y el metal como Kiss, Deep Purple, Helloween y Saxon. Una historia similar cuenta el Bogotá Metal Fest, que ya prepara un cartel con bandas como Accept, Stratovarius y Kreator. Ni hablar del concierto conjunto de Def Leppard y Mötley Crüe, que aterrizará en Bogotá el 25 de febrero de este año. Otros que ya auguran un antes y un después en la historia del rock nacional son los organizadores del Estéreo Picnic. Y es que lo que se viene es brutal: Twenty One Pilots, la mítica banda de punk rock estadounidense, dará su primer concierto en estas tierras; además de ellos, Billie Eilish, Rosalía, Bizarrap, Wu Tang Clan, Tame Impala, Blondie y muchos más la darán toda del 23 al 26 de marzo. Y si lo tuyo va más del lado de los solistas, pues tranquilo: Joaquín Sabina, Hombres G, Fito Páez, Alejandro Sanz, Romeo Santos y los demás que estén por confirmar seguro harán que la música y la alegría no pare durante el año. ¡Ya ustedes nos contarán qué tal estuvo todo!
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