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La ciudad alberga una gran cantidad de historias curiosas sobre el acontecer colonial del continente americano.
Imposible no evocar las grandes hazañas de Cartagena. ‘La Heroica’, nombre que recibió tras resistir las batallas de piratas y conquistadores, contiene en sus coloridas calles varios de los momentos más importantes de la historia de América. Ya son bien conocidos símbolos como el Castillo de San Felipe de Barajas y la Ciudad Amurallada. No obstante, Cartagena alberga múltiples rincones donde se vivieron proezas del período colonial, que atraen cada año a miles de turistas del mundo.
Estos son cuatro datos sorprendentes de la historia y la tradición cartageneras.
1. Muchos desconocen la gesta legendaria tras la estatua ubicada frente al Castillo de San Felipe. El hombre del monumento es el español Blas de Lezo, quien le ganó una épica batalla en 1971 al navío inglés Edward Vernon que pretendía acabar con el principal puerto del Virreinato de Nueva Granada, ubicado en Cartagena. La historia es legendaria porque la flota inglesa, integrada por cerca de 186 naves y alrededor de 23.600 hombres, cayó ante la fuerza española, que contaba con sólo 6 barcos y cerca de 2.800 guerreros. Blas de Lezo para aquel entonces era conocido como el ‘Mediohombre’ por no tener un ojo, una pierna y un brazo, miembros que había perdido en guerras pasadas. Los ingleses tuvieron que esconder las monedas conmemorativas que habían acuñado al prever su ‘inminente’ victoria en tierras americanas.
2. Las palenqueras, mujeres que llenan de color y tradición las calles cartageneras, guardan detrás de sus trajes toda una historia de libertad. San Basilio de Palenque, su pueblo de origen, conformó el primer asentamiento de esclavos de América del Sur que se liberó del yugo español. Para escapar de la opresión, las mujeres de la comunidad tejían un mapa en su cabello con los caminos que recorrían, para así planear posteriormente la fuga. En el municipio las trenzas son símbolo de libertad.
3. Dos particulares historias se esconden detrás de El Cerro de la Popa. La primera tiene que ver con la fundación del convento de La Candelaria, que fue construido por Fray Alonso de la Cruz Paredes tras recibir un mensaje divino que le indicaba levantar un cenobio en la parte más alta de Cartagena. Al momento de recibir el designio, Fray Alonso estaba en el monasterio del desierto de Ráquira. El nombre del Salto del Cabrón, ubicado también en la Popa, surgió del momento en que el padre Fray Alonso de la Cruz Paredes lanzó al abismo al cabro de oro —adorado por indígenas y esclavos—, que era considerado como un símbolo maléfico.
4. Detrás del Castillo de San Felipe se encuentran los tradicionales Zapatos Viejos. El monumento fue erigido en homenaje al poeta Luis Carlos López y a su soneto A mi ciudad nativa en la que dice que a la ciudad “bien puedes inspirar ese cariño / que uno les tiene a sus zapatos viejos”. La obra es la radiografía de Cartagena en los ojos del autor.
Cartagena es el destino que todo amante de la historia quisiera conocer. En tradición y patrimonio, la respuesta es Colombia.