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Acompáñanos en un recorrido por la variedad de panes colombianos. Desde el pandebono caleño como el mejor pan del mundo, hasta los amasijos más típicos de Boyacá.
Desde el rollito y el hojaldrado, hasta el de maíz y el de coco, los panes colombianos son un reflejo de la diversidad gastronómica del país de la belleza. Comenzando en las costas del Gran Caribe Colombiano y extendiéndonos a las vastas llanuras de la Amazonía - Orinoquía Colombiana, cada región ofrece amasijos colombianos que con sus ingredientes y técnicas tradicionales, invitan a disfrutar de auténticos sabores. Por eso, en este artículo, hemos preparado para ti un delicioso recorrido por la variedad de panes colombianos.
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Conocido por su textura suave y esponjosa, y su sabor ligeramente salado, el pandebono colombiano fue reconocido como el mejor pan del mundo según la guía gastronómica mundial, TastleAtlas, en su listado oficial de 10 Best Bread Rolls. Esta exquisita preparación, elaborada con almidón de yuca, harina de maíz, queso fresco y huevos, ha conquistado los paladares de comensales en todo el mundo.
Según la historia, en la Hacienda El Bono se hacía un pan que consumían los arrieros cuando iban de paso a Buenaventura, conocido como “el pandebono”. Primero se machacaba el maíz en un pilón de madera y luego se amasaba el queso con una canoa de piedra. Finalmente, en el siglo XX el pandebono llegó a Cali y comenzó a tener reconocimiento, convirtiéndose en el favorito de muchas personas.
Hoy en día este amasijo no solo está en la sucursal del cielo, también se disfruta a lo largo y ancho del país, tanto en desayunos como en meriendas. Su sabor tan apetecido ha llevado a algunos a incluir bocadillo e incluso arequipe en su preparación, lo que lo hace aún más irresistible. Se puede acompañar con unas deliciosas onces colombianas o como tú lo prefieras.
La llegada de la almojábana a Colombia fue en el siglo XIX, cuando en el Salto del Tequendama se empezó a correr la voz de que había llegado un apetitoso panecillo al que nadie podría resistirse. Las almojábanas empezaron a distribuirse por toda la Sabana de Bogotá, convirtiéndose en uno de los alimentos más apetecidos de la región. De hecho, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de Cundinamarca en 2014, por su receta y popularidad.
Este pan, hecho a base de queso, se elabora con mezcla de harina, mantequilla y huevo. Muchas regiones del país se han apropiado de las almojábanas; sin embargo, existen leves diferencias, pues esta receta está extendida a lo largo y ancho del país y se pueden encontrar en muchas panaderías.
Cualquier hora del día es ideal para disfrutarlas y se pueden acompañar con un buen chocolate con queso, una aguapanela, un café o cualquier bebida caliente. Así, las almojábanas colombianas no solo son un símbolo de nuestra gastronomía, sino una tradición que une a los colombianos en torno a la mesa.
El pan de queso tiene su origen en la gastronomía brasileña, sin embargo, algunos países latinoamericanos, como Colombia, han adoptado esta propuesta de la panadería y la han incorporado en sus cocinas como uno de sus panecillos tradicionales. El pan de queso antioqueño es preparado con harina, queso rallado y almidón de yuca fermentado. Suele hacerse en forma de rosca, tiene una textura blanda y un sabor salado.
En Antioquia el pan de queso se suele acompañar con bebidas calientes. Incluso, el puente que une a Envigado con Itagüí se llama el puente del pan de queso, precisamente porque allí hay una panadería que hace este tipo de pan y es parada obligatoria para todos aquellos que pasan por allí.
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El pan ocupa un lugar tan grande en la gastronomía boyacense, que tiene un monumento en el parque principal de Guayatá. Allí, una mogolla guayatuna de forma gigante invita a todos a las panaderías del pueblo. Esta mogolla tiene la particularidad de mejorar su sabor y suavidad con el paso de los días y su fórmula consiste en mezclar miel de caña, harina de trigo, mantequilla y mojar una masa blanca de dulce para incluirla dentro de la mogolla, acompañada de bocadillo.
Lo cierto es que cada pueblo de Boyacá tiene un pan colombiano especial. En Iza el pan mestizo, en Santa Sofía conservan el tradicional pan de sagú, Firavitoba tiene la mogolla rasca y el pan de maíz, mientas que en Duitama se encuentra el mojicón de rancho grande.
Lo cierto es que, en cada rincón del país de la belleza, hay un pan irresistible que espera ser descubierto. En Nariño, por ejemplo, encontramos el típico pambazo, un delicioso pan que combina una masa suave y esponjosa con un sabor único. Al trasladarnos a los Llanos Orientales, encontramos el pan de arroz que, hecho con ingredientes frescos y locales, conquista a todos.
Mientras que, en Bogotá, el inconfundible pan rollito se convierte en el favorito e infaltable en las panaderías de la ciudad. Cada uno de estos panes cuenta no solo con una receta única, sino también con historias de las manos que los producen. La variedad de sabores y técnicas de preparación en todo el país, invita a los amantes de la gastronomía a explorar y disfrutar de la riqueza de la panadería colombiana.
Y tú, ¿cuál prefieres? ¿Te atreverías a probar todos y descubrir cuál se convierte en tu favorito?