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El pintor más importante de nuestro país es también dibujante y escultor. Conoce algunos secretos de su vida y obra.
Cuando nos hablan de arte, la imagen que viene a la cabeza de muchos colombianos es la de una gran paloma robusta detenida en el tiempo, o la de una mujer voluminosa desnuda posando junto a una ventana. Esto, para Colombia, es Fernando Botero.
Sin embargo, hay muchas cosas de este gran artista y orgullo colombiano que poco conocen sus compatriotas. Por ejemplo: ¿sabías que Fernando Botero concibe las figuras de sus cuadros como “llenas de volumen” y no 'gordas'?
Otro dato poco conocido es que Botero, en su infancia, quería ser torero. De hecho, vendía dibujos a la salida de la Plaza de la Macarena de Medellín para combinar su pasión con sus principales aptitudes.
Los desnudos y los temas sexuales implícitos en sus obras son producto de la literatura, pues conoció la sexualidad a través de las ilustraciones de un libro de La Divina Comedia que su mamá mantenía escondido cuando era niño.
Muchas de las situaciones que le causan dolor han sido plasmadas en sus diferentes obras. Es así como la violencia de América, e incluso la prisión de Abu Ghraib, se han representado en varios de sus cuadros.
Fernando Botero afirma que la curiosidad es la culpable de su amplia carrera artística.
Asegura que el arte actual carece de identidad y originalidad. Según él, parece que muchos productos artísticos fueran realizados por hermanos, pues no hay nada distinto.
Le es bastante difícil escoger una pintura entre las muchas que ha realizado a lo largo de su vida. Es una tarea complicada para alguien que, como él, ama los colores y las formas.
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