El aporte de los afrocolombianos se evidencia en gran parte de la historia del país. Sus saberes ancestrales, ritmos populares, expresiones artísticas, triunfos deportivos y aportes en diversas áreas del conocimiento son clave para la identidad colombiana
Varios siglos de conquista, unos más de colonia y apenas dos de república, convirtieron a la Costa Atlántica y la Costa Pacífica en un paraíso de diversidad, naturaleza y mestizaje cultural. Esto propició la creación de espacios físicos y simbólicos, para que la identidad de las bases de la herencia africana se solidificara en nuestro país. Los y las afrocolombianas son una población con una cultura propia, comparten una historia única y tienen tradiciones inherentes que las distinguen de otros grupos étnicos.
Y es que el aporte de la población afrodescendiente a la construcción de nuestro país es innegable. La literatura, las artes plásticas, el cine, el deporte y la música son solo algunos de los ámbitos donde los afros han marcado un legado.
Si hay algo en donde la música afro se ha destacado, es en la fusión. La mezcla de géneros como el hip hop, el reggae, el funk y la electrónica, con la música del Pacífico y el Caribe, han logrado que los ritmos colombianos tengan una gran riqueza y diversidad.
De hecho, los artistas afrocolombianos más destacados son parte de la escena musical. Desde los tiempos del Joe Arroyo, Wilson Manyoma y Jairo Varela, con el Grupo Niche hasta el boom de la salsa choke las propuestas sonoras de Herencia de Timbiquí, ChocQuibTown y Mauro Castillo. Estos son solo algunos de los artistas y ritmos que hacen eco y que nos han dado un legado que no solo suena en nuestro país, sino alrededor del mundo.
La música del Pacífico y sus ritmos han cobrado fuerza en los últimos años gracias a distintos festivales en Cali, Chocó y Tumaco. Ejemplo de ello es el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, que se ha consolidado como uno de los escenarios más importante en términos de música, gastronomía, artesanías y saberes ancestrales de la cultura del país, siendo puerta para diferentes artistas y agrupaciones de música colombiana.
Son muchos los deportistas afrocolombianos que han llenado de orgullo al país de la belleza. Algunos han sido autores de varias de las más grandes páginas doradas del deporte colombiano. En disciplinas como el fútbol, el levantamiento de pesas, el atletismo y el boxeo, estos deportistas se han destacado en los grandes escenarios deportivos del mundo.
Por ejemplo, Antonio Cervantes “Kid Pambelé” fue campeón mundial de boxeo en la noche del 28 de octubre de 1972. María Isabel Urrutia logró el primer oro olímpico para Colombia en Sídney 2000, alcanzando la gloria en levantamiento de pesas. Édgar Rentería también se ha destacado como uno de los mayores exponentes del béisbol en Colombia.
Fausto-el gran-tino Asprilla no se queda atrás. Este delantero, oriundo del Valle del Cauca, marcó una gran época para los futbolistas colombianos. Y si se trata de saltos, Caterine Ibargüen obtuvo una medalla de oro en el salto triple en los Juegos Olímpicos de Turín 2006. Indudablemente, los triunfos de la población afrocolombiana en el deporte llenan de orgullo nuestro país.
Los afrocolombianos son agentes importantes a la hora de construir país. En una nación que busca equidad social, la representación de los diferentes grupos étnicos y sociales que la componen es fundamental.
En esta labor de liderazgo se destacan personajes como la vicepresidente Francia Márquez, con un punto de vista feminista y una conciencia hacia el cuidado de los recursos naturales. La hoy vicepresidente Márquez fue reconocida en el 2015 con el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos en el 2018 fue galardonada con el Premio Goldman para el medio ambiente y en el 2019 fue seleccionada como una de las 100 mujeres del año para la BBC de Londres.
En el mismo camino de liderazgo se encuentra la científica colombiana Mabel Torres, la ex ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia. Esta mujer fundó la empresa Salvacéutica en Chocó y es docente de la Universidad Tecnológica del mismo departamento. Además, ha promovido cambios para propiciar la investigación científica en el país.
De igual forma, la modelo, empresaria y actriz afrocolombiana Belky Arizala es una líder social que desde la década de los 90 se ha destacado por visibilizar la importancia de la inclusión en Colombia a través del arte. Por medio del modelaje y la actuación, siempre ha llevado un mensaje de respeto a la diversidad, motivo por el cual se inspiró a crear la fundación “El alma no tiene color”, con la que ha tenido la posibilidad de resaltar los valores y visibilizar a la mujer afrodescendiente.
La riqueza de Colombia se nutre de las contribuciones de afrocolombianos y afrocolombianas que, con su arte, música, deporte, trabajo académico y activismo, han dejado una huella imborrable en la identidad nacional.