Viaja con nosotros a través de la belleza de Colombia. Esa que va mucho más allá de un paisaje paradisíaco o un clima agradable. Conoce aquí la belleza que nace de la tierra y que habita en la piel y en el alma de nuestra gente.
Colombia es un país que siempre se ha destacado por sus atractivos naturales, la amabilidad de las personas y su diversidad cultural, pero ¿te has preguntado qué es lo que realmente hace que nuestro país sea único? No es una sola característica, sino la combinación de innumerables razones que convierten a Colombia en el país de la belleza. Conoce en este viaje 10 motivos que lo demuestran.
Iniciamos nuestro recorrido sumergiéndonos en la tierra, el agua y el viento. Aquí, basta con recorrer unos pocos kilómetros para darse cuenta que es imposible no maravillarse con la panorámica de selvas llenas de vida, cordilleras escarpadas, ríos de múltiples colores, místicos páramos y playas paradisiacas. Los paisajes de Colombia son tan diversos como su gente y son lo primero en lo que tus ojos se perderán al explorar el territorio. En cada uno de los seis pisos térmicos que tiene el país habita un universo natural que espera para ser recorrido por nosotros. Aquí, conviven desiertos bañados por el sol junto a las zonas más lluviosas del planeta, así como las selvas más prístinas, como el majestuoso Amazonas, que se entrelazan con llanuras y cordilleras hasta desembocar en los mares que llenan de vida nuestras costas. Es precisamente esta maravillosa diversidad uno de los muchos motivos por los cuales Colombia es el país de la belleza, porque aquí, sin importar la región, siempre encontrarás rincones repletos de colores y contrastes, que te harán sentir en un paraíso.
Colombia es uno de los países más biodiversos del planeta, siendo el hogar de miles de especies de plantas y animales. Por eso, no es casualidad que seamos líderes mundiales en especies de orquídeas, mariposas y aves, con mas de 1.920 especies distintas de estas últimas. Por otro lado, la presencia de animales únicos como el lagarto azul, la rana dardo venenosa y el paujil piquiazul, hacen de Colombia un lugar lleno de vida que no se encuentra en ningún otra parte del mundo. Convivir junto a estos lagartos en la Isla Gorgona, maravillarse con los colores de las ranas del Pacífico o escuchar el canto de cientos de aves al amanecer, son experiencias sin igual que vivirás recorriendo nuestro país. Además, en tu viaje siempre tendrás compañía. Si visitas las costas del Pacífico colombiano, podrás disfrutar en ciertos momentos del año uno de los más majestuosos gigantes de la naturaleza: las ballenas jorobadas, que eligen nuestras playas como el mejor lugar para reproducirse y tener a sus crías. ¡Y esta es solo una de las seis regiones que puedes recorrer! Asimismo, son nuestros árboles, flores y frutos los que hacen de este país un destino incomparable en el mundo. Colombia es un lugar adornado con orquídeas en cada rincón, y en el cual prácticamente cualquier planta o fruto puede crecer.
En Colombia no importa qué tan lejos te encuentres de casa, siempre sentirás que estás entre los tuyos. Esto es lo que confiere belleza a nuestras ciudades: una mezcla de edificios, innovación e infraestructura diseñada para millones de personas, pero que conserva la calidez del hogar en cada sonrisa acompañada de un “buenos días”, “sumercé”, “parcero”, “veci” o alguna otra de las muchas expresiones con la que nos referimos a quienes vienen a visitarnos. Desde el selvático sur del país, hasta la árida península norte, nuestras ciudades son tan diversas como nuestros paisajes. Aquí podremos encontrar centros poblados como Leticia, a orillas del gigantesco río Amazonas, como también grandes metrópolis como Bogotá, en el corazón de nuestros Andes Orientales. Pero ahí no termina todo, ciudades como Cali y Medellín también tienen su lugar, no sólo por ser referentes en cuanto a innovación, sino también por contar con una cultura sin igual, que sólo se entiende al visitarlas. Y así podríamos seguir: Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena, Pasto, Tunja y muchas más, todas ellas llenas de experiencias por vivir y claro, verdadera belleza. En cada ciudad se despliegan miles de colores, así como incontables oportunidades y posibilidades. En ellas, se respira la cultura de nuestro país y se percibe el empuje de las personas que las han construido a lo largo de siglos de historia.
Todos estos espacios y lugares maravillosos no tendrían su valor sin la calidez de la gente colombiana que los habita. La belleza del país vive en su gente, en su historia y en su cultura. Por eso, la cuarta razón por la que Colombia es el país de la belleza somos nosotros, los colombianos. En este país conviven poblaciones raizales, afrodescendientes, gitanos y más de 80 comunidades indígenas. La diversidad es la norma y esta norma constituye la esencia misma del país. Por esta razón, no puedes emprender este viaje sin conocer al colombiano, aquel que no puede ser definido ni agrupado en una única característica, sino en la riqueza de los matices que lo conforman.
En Colombia, no hay día ni noche sin celebración. Cada pueblo y cada semana tienen su propio festival, algunos llegando a ser tan reconocidos que trascienden barreras regionales, convirtiéndose en hitos de todo el continente. Unos de ellos son el Carnaval de Barranquilla, el segundo más grande de Latinoamérica, que se celebra desde hace más de 100 años el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, uno de los eventos más relevantes en su tipo a nivel mundial o la Feria de las Flores en Medellín y el Carnaval de Negros y Blancos en Pasto, celebraciones repletas de color que se organizan año tras año. Colombia es fiesta, y las ferias y festivales son elementos esenciales de la nación, que demuestran la riqueza y diversidad de las expresiones culturales de nuestro país. Por esto, un recorrido por la belleza de nuestro país siempre deberá incluir su reconocimiento y disfrute.
Conocer Colombia es escuchar, es sumergirse en una variedad de ritmos tan diversa como su gente. Aquí, la música fluye y nutre nuestra cultura, la misma que ha dado vida a géneros como la cumbia, y donde se baila al compás de la salsa, el vallenato, el currulao y cientos más. Si hay algo en lo que los colombianos somos expertos, es en crear nuestra propia música y disfrutarla al máximo. Es por esto que el país ha sido la cuna de gran cantidad de artistas. Basta con mencionar a figuras como Shakira, Karol G, J Balvin, Maluma, Juanes o Carlos Vives, para darse cuenta de que la esencia de lo que somos ha sido protagonista en los más grandes escenarios internacionales. Pero aquí también los ritmos se funden con los paisajes, con las tradiciones, con los oficios y demás actividades que, al compás de un bambuco, un pasillo o un joropo se llenan de magia. Estos son tan solo algunos de los miles de ritmos que representan a nuestras regiones, y que, sin duda alguna, forman parte de la belleza que nos hace únicos.
La belleza de Colombia también habita en su cocina. Estamos en un país con sabor a tamal en el desayuno, bandeja paisa en los almuerzos y chocolate con pan en la cena. Acá se encuentran bebidas ancestrales, como el viche y la chicha, con el café extraído de la tierra. Porque vivir en uno de los países más fértiles y biodiversos también nos ha dado la fortuna de saborear frutas exóticas como la gulupa o la uchuva, que no se encuentran con facilidad en otra parte del planeta. Resultaría imposible mencionar toda la riqueza de nuestra gastronomía en un solo texto, más cuando esta es tan diversa como quienes se encargan de prepararla —e incluso sentirla— con recetas que han pasado de generación en generación. En Colombia fácilmente podemos pasar de una deliciosa chuleta valluna a una auténtica empanada de jaiba, sin salir de un mismo departamento. Y es que aquí cada región tiene cientos de platos típicos con los que podemos identificar su gastronomía. Por mencionar algunos, en el Gran Caribe Colombiano se encuentra el pargo frito, un plato en el que se siente el sabor de la costa en los Andes Occidentales nos encontramos con la bandeja paisa, una preparación por la que se reconoce no solo a esa región sino al país entero en el Macizo Colombiano nos deleitamos con los tamales de pipián, comúnmente acompañados con ají de maní y en la Amazonía y Orinoquía colombiana encontramos el sabor de la selva y de los llanos en platos como los chicharrones de pirarucú y la mamona llanera. Mejor dicho, si algo tenemos claro los colombianos es que “a barriga llena, corazón contento” y más cuando hay tanto para probar.
Para los colombianos, nuestros artistas son uno de los grandes motivos del orgullo que sentimos por el país. Obras como las de Doris Salcedo, Débora Arango, Fernando Botero, Ómar Rayo, Antonio Caro y el fotógrafo Jesús Abad, entre muchos otros, hacen parte de nuestra identidad y nuestra historia. Ha sido a través de las creaciones y del talento de nuestros artistas, que millones de colombianos hemos conseguido reflexionar sobre el mundo en el que vivimos y aprender a ver desde otros puntos de vista la realidad de nuestro contexto. Ya sea a través de las obras de Botero o de las esculturas de Doris Salcedo o Hernando Tejada, aquí cada pieza está repleta de significado en una mezcla inigualable de expresiones artísticas que logran transmitir gran parte de todo eso de lo que estamos hechos. Además, nuestros escritores colombianos también se han puesto en la tarea de narrarnos, llevándonos a imaginar universos ante nuestros ojos. Gabriel García Márquez, María Mercedes Carranza, Laura Restrepo y Fernando Molano son apenas algunos ejemplos entre la inmensidad de nuestra literatura, la cual tiene un espacio reservado en las bibliotecas del mundo con estilos literarios tan únicos, como el realismo mágico. Es por esta razón que al hablar de la belleza de nuestro país no podíamos dejar a un lado a nuestros artistas, pues han sido ellos quienes nos han representado de manera ejemplar, no solo en museos y bibliotecas, sino también en nuestra memoria colectiva.
La belleza de Colombia también vive en la forma como nos expresamos. Aquí, cada región del país tiene una manera particular de hablar, con palabras tan distintas que se han convertido en parte de nuestra identidad ante el mundo. Los colombianos hemos enriquecido nuestro idioma para sentirnos más cercanos entre nosotros. Con palabras como “bacano”, que es la forma de decir que algo “está bueno” o nos gusta “parce”, que es como llamamos a nuestros grandes amigos “jartera”, que es lo que decimos cuando no queremos hacer algo “recocha”, como llamamos a disfrutar del tiempo libre y “necio”, como los abuelos llaman a los nietos desobedientes, entre muchas otras, nos remitimos a nuestros barrios, nuestras casas, nuestros amigos y a todo ese “nosequé” que llevamos en la sangre. En cada una de estas expresiones está la verdadera belleza oculta de Colombia, porque es con ellas que nos relacionamos y nos referimos a las personas que más queremos y que también nos permiten reconocernos donde sea que estemos.
No podíamos cerrar este viaje sin antes recorrer la historia del país, que se vive en las calles de nuestros pueblos. Es en estos lugares en donde se conserva la esencia de Colombia y recorrerlos es una travesía al pasado, que te lleva reconocer lo más bello de esta tierra. Lugares como Villa de Leyva, Barichara, Monguí y San Juan de Girón, entre mil más, son destinos de ensueño que fueron testigos de la historia colonial y republicana de nuestro país y que han sido conservados para que cualquier persona pueda sentirse parte de ella. Cada uno de estos poblados son considerados pueblos patrimonio por el legado imborrable que cargan en sus calles, en donde aún podemos identificar las expresiones más puras de la tradición de nuestro país. Su arquitectura colonial retocada con el sello de la modernidad hace que se pueda distinguir en estos lo que conforma a la cultura, la identidad y la transformación del país. Y es esto lo que los ha convertido en destinos imperdibles de Colombia para perderse en lo más elemental y profundo de nuestra cultura y, por qué no, tomarse fotos inolvidables. Explorar nuestras raíces y comprendernos a través de nuestras comunidades marca el emocionante cierre de este viaje a través de estas 10, de las miles de razones por las cuales Colombia es el país de la belleza. Durante este recorrido, hemos explorado los ritmos vibrantes, los sabores únicos, las poéticas letras y los encantadores lugares que definen la esencia hermosa de nuestro país. Por eso, no te pierdas la oportunidad de sumergirte en la riqueza de todo lo que Colombia tiene para ofrecer, y síguenos acompañando en este fascinante descubrimiento.
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