Uno de los productos más queridos de nuestro país se encuentra en el Macizo Colombiano, a la ladera de las montañas del Valle de Laboyos y sus alrededores. Se trata del café del Huila, una delicia que al día de hoy ocupa al 74% de los campesinos del departamento en su elaboración. El café encontró un hogar fértil entre las montañas huilenses junto a los cultivos de yuca, los árboles frutales, la caña de azúcar y el banano. Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos del café de origen colombiano? De entrada, nos encontramos con una variedad de sabores únicos, nutridos por el suelo volcánico y el trabajo fusionado de miles de familias de la zona. Porque en el Huila no sólo nace el Magdalena, sino que se produce uno de los mejores cafés de nuestro país, queremos que no pierdas la oportunidad de degustarlo. Deja que una taza del café del Huila dibuje tu sonrisa. Esta maravilla ha cruzado los océanos del mundo para quedarse y no irse más. Reconocido como uno de los cafés suaves más apetecidos del mundo, el café del Huila desfila por las estanterías del planeta dando de qué hablar. Queremos contarte algunas particularidades de esta maravilla que tiene a medio mundo deseando una taza más.
Lo que hace especial a un café no es sólo la riqueza de la tierra en la que es cultivado; también son las manos que intervienen en su producción. Los caficultores del Huila comprenden muy bien tradición. Para ellos, el café no es sólo un fruto de la tierra, es mucho más que eso: es una expresión de identidad campesina y compromisos vitales. Alrededor del café opita se cuentan mil historias. A mediados del siglo XX, el cultivo del café de origen colombiano era realizado en su mayoría por familias campesinas en fincas entre 1 y 2 hectáreas. El saber cafetero era producto de un legado familiar, una tradición que se aprendía en casa mediante técnicas y nociones artesanales. Pero esto ha cambiado para bien. Porque juntos pueden más, la industria cafetera del Huila ha desarrollado técnicas únicas para el cultivo de su café, que son compartidas vía cooperativas y gremios. Su esfuerzo conjunto trasciende el mero cultivo del grano, pues ya son al menos 83.000 familias productoras las comprometidas con una producción ambientalmente sostenible y la mejora de las condiciones de vida de la población cafetera. Un ejemplo de ello son los esfuerzos de asociaciones como Amurcafé en su lucha por el reconocimiento del rol de la mujer caficultora y la equidad de género. En el Huila no se trata sólo de café: detrás del grano, hay mil historias que, entrelazadas, construyen sentido identitario. Se cultiva café como una alternativa ambientalmente sostenible; a la vez que una apuesta por mejorar la vida de la comunidad.
Los cafetales en el Huila son especiales: crecen bañados por las aguas del Magdalena, el río que surca nuestro país. A la ladera de las montañas andinas, crecen diferentes cultivos aromáticos y de sabor marcado, como el cacao, algunos frutales y la caña. Estos, en cercanía al cafetal, dejan un rastro inigualable: adornan de matices y notas especiales el grano. Y es que en el Huila se cultiva café en fincas en su mayoría entre los 1.200 y 1.800 metros sobre el nivel del mar. Si bien en su mayoría se trata de “cafés de altura” (entre los 1.700 y los 2.000 metros, incluso), la variedad de suelos y su cercanía con distintos cultivos y minerales— permite alcanzar notas de sabor increíbles. Ejemplo de ello son Pitalito, Acevedo, Suaza, Garzón y La Plata, los municipios donde más se cultiva el sabor. Allí encontramos variedades arábicas como la Típica, Borbón, Tabí, Caturra y Castillo; al igual que otras más difíciles de ver como la Geisha y la Maragogype. No por nada hoy el Huila es el hogar de algunos de los mejores cafés especiales y suaves del mundo. Una de las marcas que más dio de qué hablar en este sentido fue SOCA, ganadora de un premio Monde Selection 2020 por su exquisito café. De acuerdo con el dictamen de los jurados, SOCA es un producto ideal. Sus ricas características sensoriales, aparte de sus excelentes ingredientes y proceso de producción, fueron determinantes para que la marca opita ganase un galardón de oro. Para el 2021, 12 productores opitas fueron finalistas en el premio “Taza de la Excelencia”, uno de los más prestigiosos certámenes internacionales en los que se evalúa la calidad del café. Más allá de estos reconocimientos, el café del Huila es una maravilla de Colombia para el mundo: Diego Campos, nuestro orgullo tolimense y mejor barista del mundo, cultiva una de las tazas más delicadas y suaves en su finca “El diamante”, cerca de La Plata. Otro de los encantados con esta bebida fue el actor Hugh Jackman, reconocido por su rol como “Wolverine” en la saga de películas de X-Men. Gracias a su empresa The Laughing Man, el australiano viajó al Huila para conocer de primera mano las maravillas de esta tierra volcánica y rica en minerales. Jackman, incluso, negoció con los campesinos de la zona del Pitalito la compra del mejor café. Sea “a la sombra” o coqueteando con las nubes, el Huila sabe de café: hace de él una experiencia inseparable de su tierra y tradición. Porque allí se baila bambuco en medio del cafetal, el mundo entero reconoce el sabor del Huila: desde LATAM hasta Japón reconocen el aroma y sabor del mejor café del sur colombiano.