Conoce los sabores más representativos de Valle del Cauca.
Esta culinaria está influenciada por España debido a que sus primeros habitantes eran originarios de ese país. Ellos, que fueron reconocidos terratenientes en la zona, son responsables de haber convertido a la región en un excelente territorio agrícola, así como también en uno de los lugares de Colombia con más prestigio en cuanto a gastronomía se refiere.
Así mismo, se evidencia en la gran mayoría de sus platos los deliciosos aportes de la cultura afrocolombiana como consecuencia de la cercanía que tienen estas tierras con las costas. Costas responsables de proporcionar a las cocinas variedad de ingredientes fundamentales en las preparaciones que caracterizan al territorio.
Y es que el Valle de Cauca además de contar con la fusión de las culturas española y negra, tiene la fortuna de poseer una privilegiada ubicación geográfica que le permite albergar entre el 25 y el 50 por ciento de las especies de fauna y el 11 por ciento de las especies de flora del país, lo que enriquece aún más su gastronomía.
Entre sus comidas más representativas encontramos exóticas bebidas como el champús, un refresco elaborado con lulo, maíz, piña, panela, canela, clavos y hojas de naranjo; la lulada hecha con lulo machacado y azúcar; el cholado, una refrescante combinación de hielo triturado, frutas picadas, esencias y leche condensada.
Otras comidas como el pandebono, un panecillo de harina de yuca y queso; los panderos que son una especie de galleta seca y polvorosa; el pandeyuca, muy parecido al pandebono pero más tostado; las empanadas de cambray, que son una masa rellena con arracacha y dulce; la sopa de tortilla, un caldo con papa, sustancia de carne y tortillas de maíz.
Para algo más elaborado, tenemos el sancocho de gallina con plátano, cimarrón, cilantro y yuca; las puerquitas o también denominadas marranitas que son preparadas con plátano verde triturado y trozos de cerdo tostado; arroz atollado, de consistencia húmeda e ingredientes como la longaniza, el cerdo y la papa amarilla; la cazuela de mariscos a base de leche de coco; el desamargado, una sensacional combinación de cáscara de naranja, limón y pimentón, entre otros comestibles y las macetas, unas figuras hechas en azúcar que son insignia en las fiestas de San Pedro y San Pablo.
Aunque ahí no termina la lista de manjares, si hay un buen número de platillos irresistibles al paladar. Lo mejor, entonces, será hacer un recorrido por la región y degustarlos para satisfacer esos antojos que te acabamos de provocar. ¡Buen provecho!