La música de diciembre o la música tropical colombiana como la conocemos hoy en día es el resultado de una historia que empezó con grandes orquestas de la mano de Lucho Bermúdez y que debido a las influencias del rock inglés evolucionó a grupos como Los H
Para hablar del “Chucu Chucu”, como se le dice popularmente a esta música, es necesario remontarnos a los años 30 y 40. En ese entonces el gran compositor, músico e intérprete colombiano, Lucho Bermúdez, adaptaba ritmos tradicionales como el porro y la cumbia a melodías modernas de la época.
Con La Orquesta de Lucho Bermúdez a finales de los años 40 empieza la tradición de ir a clubes y escenarios de alto nivel a escuchar orquestas tipo Big Band. Es decir, orquestas con alrededor de 20 músicos en escena tocando ritmos como el porro, la cumbia o el fandango en nuevos formatos. Así, socializó la música del Caribe colombiano con el interior del país, e incluso con países como Argentina, Cuba y México.
A finales de los años 50 la influencia del rock en Colombia era evidente. En esa época, se conformaron varias agrupaciones de este género musical, compuestas por adolescentes. Una de las más famosas fue Los Teen-Agers, liderada por uno de los personajes más famosos de la música tropical colombiana: Gustavo “El Loko” Quintero. Inspirados por el jazz y los nuevos ritmos norteamericanos del momento, este tipo de bandas amenizaban los clubes tocando twist y rock and roll.
Sin embargo, el público del momento estaba acostumbrado a los contagiosos ritmos que Lucho Bermúdez y su orquesta habían posicionado. Por esta razón, la gente empezó a demandar música tropical, y estas nuevas agrupaciones tuvieron que adaptarse. Es así como a una banda con instrumentos como la batería, la guitarra eléctrica, el bajo y el piano, se le agrega un instrumento melódico de viento y uno de percusión latina para poder interpretar porros y cumbias.
“Hablar de música tropical colombiana es hablar de Discos Fuentes”, comenta Chelito De Castro –uno de los músicos más reconocidos que acompañó a Joe Arroyo e inmortalizó el solo de piano en grandes éxitos de este género como “Rebelión”- en el documental “Cañonazo Tropical”.
Antonio “Toño” Fuentes, gran conocedor de la música colombiana, fue el pionero de la industria discográfica en Colombia. Creó Discos Fuentes en 1934 en Cartagena y en 1958 trasladó sus instalaciones a la capital industrial de esa época, Medellín. Además de ejercer como ingeniero de sonido, era grabador e incluso fotógrafo. Su gran oído, creatividad e interés por producir siempre lo mejor, llevó a la disquera a liderar la vanguardia en innovación.
Discos Fuentes fue el primer sello en presentar el sonido estéreo en Colombia.
Con el ánimo de mantener vigente la música de su tierra, Don “Toño” Fuentes decide traer músicos de la costa Caribe colombiana para crear la agrupación más importante de folclore colombiano: Los Corraleros de Majagual.
‘La ciudad de la eterna primavera’ fue la cuna de grandes compositores e intérpretes de esta música como Eliseo Herrera, Calixto Ochoa, Lisandro Meza y Alfredo Gutiérrez. Lo anterior, sin dejar de lado a uno de sus grandes exponentes: Julio Ernesto Estrada, quien pronto llegaría a la fama con la agrupación “Fruko y sus tesos”.
Los Corraleros de Majagual fueron reconocidos por interpretar diferentes géneros de la música colombiana como el cumbión, la charanga costeña, la cumbia, el porro y la gaita. Algunos de sus éxitos más reconocidos son: “La burrita”, “Los sabanales”, “Hace un mes”, “Festival en Guararé”, “La yerbita”, entre otros.
Después del apogeo de las bandas adolescentes se da una disidencia y Gustavo “el Loko” Quintero, integrante de “Los Teen-Agers”, decide liderar una nueva agrupación. Con la intención de evitar los extranjerismos en los nombres de los grupos musicales de la época se crea “Los Hispanos”.
“Los Hispanos” amenizaron grandes fiestas de la sociedad antioqueña a finales de los años 60. De esta manera, grabaron tres L.P.: “De Película”, “De Locura” y “De Ataque”, que contienen grandes éxitos como “Macondo”, “La danza de la chiva” y “Pájaro”. Sin duda alguna, hits que aún se escuchan cada año en las celebraciones familiares.
Después de algunos años con “Los Hispanos” surge una nueva disidencia y una vez más “el Loko Quintero” decide liderar otra agrupación: “Los Graduados”. Sin embargo, Codiscos, disquera que manejaba la primera agrupación, tuvo que buscar el reemplazo del vocalista.
Así llegó Rodolfo Aicardi a “Los Hispanos”, quien generó un parteaguas en la historia de la música tropical colombiana. En ese momento, se inició una batalla artística, musical, sonora y estética, entre “Los Hispanos” y “Los Graduados”. Una que permanece incluso hoy en día y que dio inicio a lo que conocemos como la música parrandera de diciembre.
Los éxitos más conocidos de “Los Hispanos” son: “Adonay”, “Cariñito”, “Tabaco y Ron”, “Boquita de caramelo” y “Así empezaron mamá y papá”, entre otros. Por su lado, los grandes hits musicales de una fiesta tropical de “Los Graduados” son: “Caracoles de colores”, “El aguardientosky”, “Ese muerto no lo cargo yo” y “La pelea del siglo”, entre otros.
A principios de los años 70, y con la fuerte influencia de la salsa que llegaba de Nueva York, Julio Ernesto Estrada, sale de “Los Corraleros de Majagual” y decide fundar su famosa orquesta “Fruko y sus Tesos”. La salsa, que representaba un reto completamente diferente a nivel musical por el manejo de los tiempos, es adoptada por Fruko.
Debido a su experiencia ejecutando diferentes instrumentos musicales, hoy sigue siendo recordado por innovar y mantener a la vanguardia los diferentes estilos de la música colombiana. Junto con Álvaro Velásquez y Luis Carlos Montoya son los responsables de “arreglar” el género salsero con una de las canciones más reconocidas: “El Preso”.
Más adelante, se integró a esta orquesta el reconocido Joe Arroyo, uno de los intérpretes más grandes de este género, a quien se le recuerda por éxitos como: “Rebelión”, “El caminante”, “Manyoma” y “El ausente”, entre otras.
Después de la llegada de la técnica de grabación análoga a la industria, que le otorgaba más “cuerpo” a las canciones, empezaron a aparecer los coleccionistas de discos.
Discos Fuentes ya tenía el título de ser una “fábrica de hits” de la fiesta tropical colombiana. Por esta razón, deciden crear en 1960 el primer compilado de éxitos musicales llamado “Los 14 cañonazos bailables”, en honor a los cañones que se encuentran en las murallas de Cartagena.
La idea bajo el concepto era producir un disco variado con todos los hits de la música colombiana que tuvieron éxito durante el año. Este compilado se volvió tradición y siempre se lanzaba al mercado en diciembre. Así, “Los 14 cañonazos bailables” aseguraba que las fiestas familiares en la Navidad serían un éxito total porque era como “llevarse la discoteca a la casa”. A partir de ese entonces en la portada empezó a salir una modelo, imagen que se convirtió en un emblema de esta colección musical.
Bajo el eminente éxito de este variado, otras disqueras decidieron replicar la fórmula. Sonolux crea su compilado “La fiesta del año” y Codiscos “El disco del año”.
Hoy en día, la tradición transmitida de generación en generación de comprar compilados de la música tropical colombiana en diciembre inmortalizó éxitos que se convirtieron en clásicos y que hoy no pueden faltar durante la Navidad en familia.
Por esto, se le conoce como la música de diciembre. Este año “Los 14 cañonazos bailables” llegó a su volumen No. 59, y próximamente cumplirá 60 años de hacer parte del kit navideño colombiano por excelencia junto con el pavo, la natilla y los buñuelos.
Además de los clásicos que no pueden faltar en diciembre, existen varias canciones de artistas contemporáneos que contribuyen a la creación de ese particular ambiente que se siente en el último mes del año. En 2019, por ejemplo, los cantantes y Embajadores de Marca País Andrés Cepeda y Fonseca lanzaron “La Promesa”; un tema perfecto para vivir el espíritu festivo de esta época y despedir el año con toda la actitud.
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