La costa del Pacífico colombiano es un lugar idílico para el avistamiento de ballenas. Dotado de un ambiente mágico que solo los susurros de las olas y la calidez de sus aguas pueden ofrecer. Razones de sobra para que anualmente las ballenas jorobadas de
Entre junio y noviembre de cada año, el Pacífico colombiano tiene un tinte especial. Los hermosos crepúsculos de la mañana, los días soleados, los atardeceres de visos rojos y naranjas, su selva tropical y sus aguas bravías o calmas, se complementan con la danza y los cantos de las ballenas, que anualmente se hospedan aquí para dar a luz a sus crías. En este lugar recóndito y paradisiaco de Colombia es habitual el avistamiento de ballenas, con los saltos, los lomos y las colas de estos mamíferos colosales, junto con el jugueteo de los recién nacidos ballenatos, ansiosos por explorar las aguas cálidas y tropicales de la región.
En época de avistamiento de ballenas, Colombia acoge a miles de turistas, nacionales e internacionales, que acuden ansiosos por vivir este increíble e inolvidable espectáculo natural. Una travesía superior a 8.000 km que inicia en el Polo Sur y que, durante la segunda mitad del año, da origen a los avistamientos de grandes grupos de ballenas recorriendo todo el pacífico colombiano, extendidas por las costas que abarcan los departamentos de Nariño, Cauca, Valle del Cauca y Chocó.
Colombia acoge con gusto a las ballenas yubartas, que le escogieron como el lugar ideal para alumbrar sus crías durante la época más fría del Polo Sur, su lugar de procedencia. Una visita anual que tarda lo mismo que la gestación de los ballenatos, los cuales nacen en territorio colombiano y regresan a la Antártida cuando apenas comienza el verano polar. Su visita es un privilegio que entusiasma a los nacionales, cuando personas de todo el mundo se reúnen en sus playas para apreciar los cantos sublimes de las ballenas, que se extienden en el horizonte y cuyas entonaciones pueden durar hasta 50 minutos.
Impresionantes resultan las apariciones de estas gigantes, que se pasean por las costas haciendo acrobacias, mostrando su magnificencia y resoplando fuertemente, frente a una multitud expectante e impresionada que disfruta el avistamiento bajo estrictos parámetros de respeto por ellas y por el medio ambiente.
Entre mayo y junio empiezan a llegar miles de ballenas jorobadas que se distribuyen en los 1.300 kilómetros de longitud de la costa Pacífica, durante su estadía en Colombia, que se extiende hasta finales del mes de noviembre. Julio, agosto, septiembre y octubre se convierten en los meses ideales para realizar el conocido avistamiento de ballenas.
Se espera que cada año cerca de 100.000 turistas visiten destinos en la región como los Parques Nacionales Naturales de Gorgona, Uramba Bahía Málaga y Utría, para llevar a cabo el avistamiento de ballenas. Entre ello, se topan con crías de hasta 5 metros de largo y a los enormes cetáceos adultos, que llegan a los 18 metros de longitud.
Cali, la capital del departamento del Valle del Cauca, abre sus puertas a un sin número de visitantes locales e internacionales durante la época de avistamientos. La ‘Sucursal del Cielo’ es un punto estratégico por su cercanía con los municipios de Guapi (Cauca) y Buenaventura (Valle del Cauca), poblaciones costeras del Pacífico que hacen parte del itinerario de las ballenas jorobadas.
En el departamento se encuentra el Parque Nacional Natural Uramba Bahía Málaga, sitio predilecto de las ballenas para sus rituales de apareamiento y uno de los lugares con más registros de avistamientos. Un destino imperdible para los amantes de la naturaleza y las aventuras extremas, como los viajes en kayak o en lancha por el Pacífico y los ríos circundantes, caminatas por la selva y los acantilados, espeleología y muchas más actividades.
Para llegar al parque los visitantes pueden tomar un viaje en lancha desde Buenaventura hasta los poblados de Juanchaco y Ladrilleros, aledaños al destino turístico.
En el departamento del Cauca se encuentra la famosa y enigmática Isla de Gorgona, a tan solo una hora y media en lancha desde el municipio de Guapi o cuatro horas desde Buenaventura. La isla es un destino obligado de las yubartas en su visita al Pacífico colombiano. Allí, a 46 kilómetros del poblado caucano de Guapi, se encuentra situado el Parque Nacional Natural Gorgona, cuyas aguas, famosas entre los turistas nacionales y extranjeros por su riqueza natural y biodiversidad, registran gran cantidad de apariciones de ballenas y ballenatos en temporada de avistamiento.
El lugar hospeda 11 tipos de ballenas y delfines, 12 clases de arrecifes de coral, 75 especies de aves migratorias, 41 especies de reptiles y 723 especies de flora. Una oportunidad de descanso en medio del mar y la selva, ambientado por el canto de los cetáceos, que se extiende ocasional desde el horizonte.
Para llegar puedes tomar un vuelo desde Cali hasta Guapi o Buenaventura y allí abordar la embarcación que te llevará a la isla.
En la costa norte del Pacífico, la Serranía del Baudó se sumerge en el océano, formando bahías y ensenadas; una zona selvática impresionante y de grandiosa biodiversidad. Hacia el sur y la zona occidental se encuentran los ríos caudalosos y los acantilados, en medio de la selva espesa, que en sus costas presume playas vírgenes cercadas por manglares y por el océano más grande del mundo.
Un lugar de comunidades indígenas y negras que mantiene intacta la belleza y majestuosidad de la naturaleza. Allí solo se llega por el mar o por el aire. Uno de los destinos principales de las ballenas jorobadas, que acoge a los gigantes cetáceos ávidos de un lugar tranquilo y cálido para fecundar. El Parque Nacional Natural Utría (Nuquí), uno de los lugares de mayor biodiversidad en el mundo y considerado la sala de partos de las ballenas yubarta, y la Bahía Cupica, ubicada más hacia el norte, en territorio de Bahía Solano, son destinos imperdibles en temporada de avistamiento de ballenas.
A estos se llega por vía aérea desde Medellín o Quibdó y por vía marítima desde Buenaventura o Bahía Solano.
En alta mar los lancheros esperan divisar el vuelo del vapor de agua en el horizonte, en cercanías de las playas del Pacífico colombiano, señal de que pronto aparecerá una ballena jorobada. Serán ellas quienes sepan recompensar la paciencia de los visitantes que, sudorosos y haciendo esfuerzos por ventilarse, esperan obtener una imagen privilegiada en aquel lugar de ensueño desconectado del mundo y la realidad. La única condición para disfrutar de este magno evento natural es acatar las instrucciones del personal turístico autorizado y tener un profundo respeto por la naturaleza.
El Pacífico cuenta con zonas protegidas para que las ballenas jorobadas en Colombia puedan parir sus crías, como la Isla Gorgona, Bahía Málaga y Bahía Cupica, donde les brindan las condiciones necesarias, lejos de posibles depredadores.
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